sábado, 11 de octubre de 2008

"Hombres de Fuego"



Juan 5:35 "El (Juan Bautista) era antorcha que ardía y alumbraba..."

Si hay una palabra que describe bien la condición de casi todo lo que pasa hoy día es la palabra MEDIOCRIDAD.

Las familias y por consiguiente la sociedad están sumidas en una mentalidad que no les permite elevarse del Status Quo de la mediocridad, donde aunque se habla mucho EXCELENCIA, de ella se ve muy poco. Cabe destacar que la verdadera excelencia es la interna del corazón.

La mediocridad afecta a todos, no respeta clase social ni preparación educacional, ni profesión, ni credo, y es enemiga abierta del dessrrollo y el avance.

La familia chilena promedio está tristemente luchando por sobrevivir y no sucumbir.
¡¡Cuán distante de la promesa de Cristo "yo he venido para que tengan vida y vida en abundancia"!!

Esa vida abundante claro, no tiene mucho que ver con las posesiones materiales, que si ese fuera el parámetro, quienes gozarían de una vida más abundante serían los narcotraficantes, delincuentes, trabajadores sexuales y otros quienes a través de sus actividades y oficios inmorales y faltos de toda ética, obtienen en corto tiempo suculentas ganancias económicas que a otros nos cuesta años conseguir.

Sus mal orientados oficios les reportan grandes dividendos, si bien grande será también el costo eterno que tendrán que pagar si no enderezan sus caminos y arreglan cuentas con el creador de sus almas.

La sociedad actual está siendo engañada por el maestro del engaño quien nos ha vendido la mentira: "mientras más tengamos mejor". Para Dios sigue siendo más importante SER antes que TENER.

Jesucristo dijo "¿qué le aprovechará al hombre si gana todo el mundo y pierde su alma?"

En este contexto, es importate el texto que leimos al comienzo, el cual nos habla de Juan bautista, un hombre que es la antítesis de lo que los hombres tienen por sublime, un hombre que representa fielmente lo que a los ojos de Dios tiene real valor.

Juan es un hombre extravagante que viste con pieles, que tiene un menú bien poco ortodoxo, que no encaja para nada con el hombre promedio de su tiempo. De hecho, NO ES un hombre promedio, no está en el rango del hombre común, que es otra forma de decir mediocre.

El problema del hombre común no es que se queda atrás, sino que tampoco se dispara sobre la norma.

Los hombres de Dios han sido conocidos precisamente por ser gente distinta a los demás, no tanto en su forma corporal o externa, sino en sus aspectos valóricos, morales y en su espiritualidad. Lo que somos por dentro se dejará ver por fuera.

No somos llamados a ser gente normal, sino a ser referentes para la sociedad, llamados a marcar una diferencia. Eso es la santidad, estar apartados, ser un pueblo peculiar para Dios.

Jseús mismo testificó de Juan diciendo: "de los nacidos de mujer NINGUNO mayor que Juan", con la clara excepción de Jesús mismo.

Juan era un reformista, un revolucionario, un hombre que causó tal conmoción social, que a su cabeza se le puso precio y murió decapitado. Un hombre con un fuego tal que incluso aún después de muerto, seguimos escuchando la voz de este que "clamaba en el desierto".

¿Qué lo hacía diferente? Había un fuego ardiendo en su interior. Jesús dijo que "era llama que ardía y alumbraba".

Mientras que el resto de los homnbres de su tiempo sólo dejaban la triste estela de una vida humeante casi a punto de extinguirse, al pasar el Bautista, provocaba los corazones a celo por las cosas divinas.

Mediocridad es sinónimo de tibieza y al Señor la tibieza parece ser lo único que le provoca náuseas. Para alguien tan radical como Cristo, que estuvo resuelto a tomar decisiones tan drásticas con su propia vida, la tibieza y mediocridad son cosas inaceptables.

El prefiere que seamos fríos si así lo deseamos. La friadad parece incomodarle menos, porque al menos es otra postura radical, y Él valora eso.

La sociedad, educación, política y aun la misma iglesia, se han vuelto tibios.

Tibieza es falta de pasión, falta de celo y genuino interés. En la tibieza hay comodidad y la comodidad nos vuelve mediocres porque nos aleja de la naturaleza revolucionaria que recibimos los que hemos nacido 2 veces.

Jesucristo dijo que la condenación radicaba en que "la luz vino al mundo, pero los hombres amaron más las tinieblas que la luz" ¿Por qué? porque el trabajo de la luz está en exponer lo que está oculto en tinieblas, y demanda cambios que el hombre mediocre no está dispuesto a hacer, porque no le interesa hacer nada que le cueste. Aunque la luz le muestre su error, seguir así le resulta más cómodo.

El joven rico de las escrituras se condenó "no por lo malo que hizo, sino por lo bueno que no estuvo dispuesto a hacer". Santiago dijo que al que sabe hacer lo bueno y no lo hace se le cuenta como pecado., y sabemos que la paga del pecado es muerte espiritual.

Los problemas del mundo actual demandan que otra vez se levanten hombres reformistas, hombres que ardan con el fuego de Dios en sus corazones. Cuando eres una llama de fuego ninguna persona quedará indiferente: o querrán apagar tu fuego o se acercarán para encender sus humeantes vidas cerca de tí.

En la obra de Dios me toca atender matrimonios que están al borde del quiebre, porque ya no hay fuego en su relación matrimonial. Después de algunos años de haber luchado, están tibios esperando que su matrimonio muera algún día. Pero Jesucristo enseñó que debemos perseverar hasta el fin.

Hijos que no respetan a sus padres, porque se han vuelto extraños unos a otros. Se apagó el fuego de la relación familiar y ya no quedan entre ellos lazos que unan.

Pero el Señor dijo "mi palabra es como FUEGO" y los mismos caminantes a Emaús sintieron que "ardían sus corazones" cuando el varón incógnito les compartía las escrituras.

¿Cómo está tu temperatura espiritual hoy?

El día de Pentecostés cayeron sobre el Aposento Alto lengüas como de fuego y fueron todos llenos del Espíritu Santo y hablaron en otras lengüas las maravillas de Dios.

Este país (Chile) ha tenido de tiempo en tiempo hombres de fuego que han levantado la temperatura espiritual y moral cuando la sociedad ha decaído a niveles inaceptables delante de Dios.

Gracias al Señor por los hombres y mujeres de fuego que tienen el valor de alzar la voz y ponerse en pie aun a costa de su seguridad personal, que sin embargo lo han hecho porque han servido una causa mayor que sus propias vidas.

Hombres que no buscaban agradar a los hombres sino a su Creador. Hombres que han entendido el juicio de Dios, que saben que un día tendrán que rendir cuentas delante de "Aquel que está preparado para juzgar a los vivos y a los muertos".

Gente de fuego que sabe que Dios no admitirá cohecho ni dará por inocente a un culpable.

Hombres y mujeres que al igual que la reina Ester y el mismo Cristo sabían que "para esta hora habían nacido".

¿Cuántos estaríamos en condiciones de encarar al Señor hoy si Él decidiera llamarnos a Su Presencia?

Juan el apóstol registró en su evangelio estas palabras de Jesús: "y esta es la vida eterna, que te conozcan a tí el único y verdadero Dios, y a Jesucristo a quien tu has enviado".

Lo anterior subraya la importancia de intimar con Dios, no sólo escuchar DE Dios sino de oir A Dios. Hay un abismo de diferencia entre creer EN Dios y creer A Dios.

Mucha gente que solamente cree En Dios se perderá pero de los que creen A Dios será la amplia entrada en el reino.

Por último, Elías, el profeta vivió en un tiempo similar de mediocridad y tibieza social y crisis moral, y sin temor desafió a un pueblo cuyo corazón estaba dividido.

La división siempre trae daño y perjuicio.

Elías propuso un desafío singular: "el dios que conteste por medio del fuego, ESE sea Dios".

Al cabo de una breve oración, el fuego cayó del cielo demostrando a todos que baal no era nada y que Jehová era el Señor. La gente indecisa reconoció y vino calentarse al abrigo de esta llama divina. No podemos dar lo que no tenemos. Elías era un hombre de fuego.

Deja de pedirle a Dios cosas superficiales que vendrán solas si caminamos con Él y comienza a orar que Dios te haga un hombre o una mujer de fuego. ¡¡Arde para Dios!!

Pastor Gabriel.

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