martes, 14 de octubre de 2008

"Una bendición no se recibe con engaños"


Lo primero que debo decir es que no necesitamos luchar con Dios para que nos bendiga, porque ES SU VOLUNTAD bendecirnos.

Sus bendiciones vienen practicamente solas cuando estamos unánimes con ÉL y alineados con Sus Propósitos.

Entonces Jacob no estaba luchando con Dios sino contra su propia naturaleza.

Su mismo nombre lo describe como un "suplantador" (engañador), marcado desde el momento de su nacimiento. Esa era su manera de ser, su modo de pensar, su carácter.

Los suplantadore no tienen lugar en el reino de Dios, por ello necesitan cambiar, necesitan ser transformados.

Jacob entendió (sin tener al Espíritu Santo como nosotros) que su naturaleza lo iba a matar.

La condición de Jacob por tanto era desesperada, se encontraba asustado e indefenso. Su hermano Esaú estaba resuelto a arreglar cuentas por la bendición de la primogenitura que Jacob se había adjudicado por medio del engaño.

La vida de Jacob era una vida marcada por el engaño.

No debemos nunca olvidar que "cosechamos lo que sembramos", es una ley espiritual inalterable.

Por momentos engañamos y mentimos para conseguir ciertos "beneficios", pero tarde o temprano todo nos pasa la cuenta porque "nada es gratis". Nuestra salvación le costó TODO a Cristo.

El engaño nos hace huir. Proverbios dice "huye el impío sin que nadie lo persiga", y esto porque la conciencia lo atormenta.

Jacob quizo tomar ilegítimamente aquello que le pertenecía de manera legal, porque Dios lo había estipulado así en Génesis 25:23
"Dos naciones hay en tu seno y dos pueblos serán divididos desde tus entrañas; el un pueblo será más fuerte que el otro pueblo y el mayor servirá al menor"

Del mismo modo en el verso 33: "y dijo Jacob júramelo en este día. Y él(Esaú) le juró y vendió a Jacob su primogenitura"

Pero por haber engañado debió huir. A veces no esperamos el tiempo necesario para que Dios nos exalte y nos levantamos pero sin su respaldo. Lo hacemos en nuestras fuerzas y esto sólo nos trae dolor.

Jacob engañó a tres personas (figuras masculinas) que son vitales en la vida de cualquier ser humano:
Su padre (Génesis 27:35)
Su hermano (Génesis 27:24)
Su suegro (Génesis 31:20)

Aparentemente todo anduvo bien pero Dios mueve las circunstancias y nos hace tener que encarar situaciones de las cuales hemos tratado de huir. No hay día que no llegue, ni tiempo o promesa de Dios que no se cumpla.

¿Has hecho promesas al Señor? No tardes en cumplirlas, te conviene hacerlo.

El pecado trae consecuencias y siempre llega el momento en que debo enfrentarlas.

Recuerda que todo tiene su tiempo y recompensa: hacer lo correcto traerá paz y gozo, hacer lo malo traerá miedo, inquietud y dolor"

El verso 24 dice: "se quedó solo". Hay cosas íntimas que Dios va a arreglar con nosotros cuando estemos a solas con ÉL, lejos del ruido y los amigos.

El verso 26 señala: "no te dejaré sino me bendices".
Suena muy heroico de parte de Jacob, pero es más bien la reacción de un hombre que está desesperado porwue sabe que no le queda más alternativa, que ha llegao añfinal de su camino. La única vía posible es tomarse de Dios y poder recibir de Él lo que nadie mas le puede conceder: "un cambio de vida, una transformación de su carácter."

Es curioso observar que con todo lo que tenía (millares de animales, una numerosa familia, etc) no se sentía bendecido porque en verdad no lo estaba.

"No hay paz para el impío" dice la escritura. No importa cuanto tenga en el bolsillo. Las posesiones no dan paz. A veces sólo añaden más preocupaciones.

Quizás la única cualidad rescatable de Jacob sea la "determinación" con que Jacb se toma del ángel. También cabe destacar que Jacob no era un hombre flojo, su problema era su carácter engañador y debía cambiar.

¿Cuál es tú nombre? ¿Qué clase de persona eres?

Reconoce lo que eres, bueno o malo. Ese es el punto de partida.

Si deseamos que DIos pueda obrar cambios reales en nosotros necesitamos acercarnos a Él con esa clase de honestidad. Nada será más útil que esto, porque Dios no puede tratar donde no hay honestidad, cuando uno no está dispuesto a confesar qué es o quién es.

Esto debe haber sido vergonzoso para Jacob. Tener que reconocer que era un suplantador y un engañador.

Tu no le dices a Dios con la cara llena de risa que eres esa clase de persona. Al contrario, nuestra primera reacción es huir a causa de la verguenza. Pero Jacob encaró su condición y Dios respondió.

Hay otro punto aquí: "humillarse para poder recibir". No sólo tener la determinación sino también el corazón correcto.

Se encontraron el Peniel (el rostro de Dios).Jacob tuvo un encuentro "cara a cara" (íntimo)con Dios.

Así como hubo un Peniel para Jacob, hay un lugar especial de encuentro con Dios para cada uno de nosotros.

Decimos que Dios está en todas partes, pero ¿dónde queda todas partes? Se que Dios
estará en el lugar donde un hombre con humildad de corazón y sinceridad busque ese encuentro. El Señor se presentará allí.


¿Qué recibió Jacob?

1.- Una Nueva Naturaleza.
Dios cambió su nombre y por ende su carácter. Lo cambió a él.

2.- Paz.
Para enfrentar lo que venía: un hermano disgustado y dispuesto a vengarse.

3.- Restauración.
De sus relaciones rotas con sus seres queridos.

El verso 31 dice "le salió el sol y cojeaba de su cadera"
Jesucristo es nuestro sol de justicia. Se fue la oscuridad de esa vida de engaño. Dios es luz y Su Luz disipa las tinieblas.

Cojear habla de tener un nuevo caminar. Dejó de andar por la vida como nu suplantador. Empezó un camino nuevo, una vida nueva con el toque de Dios.

Dios tenía un plan para Jacob, pero siendo un suplantador, no le serviría, no lo podría usar.

Tuvo que cambiarlo y hacerlo una nueva criatura.

Hubo un antes y un después de Peniel para Jacob. Cristo es nuestro Peniel.

sábado, 11 de octubre de 2008

"Hombres de Fuego"



Juan 5:35 "El (Juan Bautista) era antorcha que ardía y alumbraba..."

Si hay una palabra que describe bien la condición de casi todo lo que pasa hoy día es la palabra MEDIOCRIDAD.

Las familias y por consiguiente la sociedad están sumidas en una mentalidad que no les permite elevarse del Status Quo de la mediocridad, donde aunque se habla mucho EXCELENCIA, de ella se ve muy poco. Cabe destacar que la verdadera excelencia es la interna del corazón.

La mediocridad afecta a todos, no respeta clase social ni preparación educacional, ni profesión, ni credo, y es enemiga abierta del dessrrollo y el avance.

La familia chilena promedio está tristemente luchando por sobrevivir y no sucumbir.
¡¡Cuán distante de la promesa de Cristo "yo he venido para que tengan vida y vida en abundancia"!!

Esa vida abundante claro, no tiene mucho que ver con las posesiones materiales, que si ese fuera el parámetro, quienes gozarían de una vida más abundante serían los narcotraficantes, delincuentes, trabajadores sexuales y otros quienes a través de sus actividades y oficios inmorales y faltos de toda ética, obtienen en corto tiempo suculentas ganancias económicas que a otros nos cuesta años conseguir.

Sus mal orientados oficios les reportan grandes dividendos, si bien grande será también el costo eterno que tendrán que pagar si no enderezan sus caminos y arreglan cuentas con el creador de sus almas.

La sociedad actual está siendo engañada por el maestro del engaño quien nos ha vendido la mentira: "mientras más tengamos mejor". Para Dios sigue siendo más importante SER antes que TENER.

Jesucristo dijo "¿qué le aprovechará al hombre si gana todo el mundo y pierde su alma?"

En este contexto, es importate el texto que leimos al comienzo, el cual nos habla de Juan bautista, un hombre que es la antítesis de lo que los hombres tienen por sublime, un hombre que representa fielmente lo que a los ojos de Dios tiene real valor.

Juan es un hombre extravagante que viste con pieles, que tiene un menú bien poco ortodoxo, que no encaja para nada con el hombre promedio de su tiempo. De hecho, NO ES un hombre promedio, no está en el rango del hombre común, que es otra forma de decir mediocre.

El problema del hombre común no es que se queda atrás, sino que tampoco se dispara sobre la norma.

Los hombres de Dios han sido conocidos precisamente por ser gente distinta a los demás, no tanto en su forma corporal o externa, sino en sus aspectos valóricos, morales y en su espiritualidad. Lo que somos por dentro se dejará ver por fuera.

No somos llamados a ser gente normal, sino a ser referentes para la sociedad, llamados a marcar una diferencia. Eso es la santidad, estar apartados, ser un pueblo peculiar para Dios.

Jseús mismo testificó de Juan diciendo: "de los nacidos de mujer NINGUNO mayor que Juan", con la clara excepción de Jesús mismo.

Juan era un reformista, un revolucionario, un hombre que causó tal conmoción social, que a su cabeza se le puso precio y murió decapitado. Un hombre con un fuego tal que incluso aún después de muerto, seguimos escuchando la voz de este que "clamaba en el desierto".

¿Qué lo hacía diferente? Había un fuego ardiendo en su interior. Jesús dijo que "era llama que ardía y alumbraba".

Mientras que el resto de los homnbres de su tiempo sólo dejaban la triste estela de una vida humeante casi a punto de extinguirse, al pasar el Bautista, provocaba los corazones a celo por las cosas divinas.

Mediocridad es sinónimo de tibieza y al Señor la tibieza parece ser lo único que le provoca náuseas. Para alguien tan radical como Cristo, que estuvo resuelto a tomar decisiones tan drásticas con su propia vida, la tibieza y mediocridad son cosas inaceptables.

El prefiere que seamos fríos si así lo deseamos. La friadad parece incomodarle menos, porque al menos es otra postura radical, y Él valora eso.

La sociedad, educación, política y aun la misma iglesia, se han vuelto tibios.

Tibieza es falta de pasión, falta de celo y genuino interés. En la tibieza hay comodidad y la comodidad nos vuelve mediocres porque nos aleja de la naturaleza revolucionaria que recibimos los que hemos nacido 2 veces.

Jesucristo dijo que la condenación radicaba en que "la luz vino al mundo, pero los hombres amaron más las tinieblas que la luz" ¿Por qué? porque el trabajo de la luz está en exponer lo que está oculto en tinieblas, y demanda cambios que el hombre mediocre no está dispuesto a hacer, porque no le interesa hacer nada que le cueste. Aunque la luz le muestre su error, seguir así le resulta más cómodo.

El joven rico de las escrituras se condenó "no por lo malo que hizo, sino por lo bueno que no estuvo dispuesto a hacer". Santiago dijo que al que sabe hacer lo bueno y no lo hace se le cuenta como pecado., y sabemos que la paga del pecado es muerte espiritual.

Los problemas del mundo actual demandan que otra vez se levanten hombres reformistas, hombres que ardan con el fuego de Dios en sus corazones. Cuando eres una llama de fuego ninguna persona quedará indiferente: o querrán apagar tu fuego o se acercarán para encender sus humeantes vidas cerca de tí.

En la obra de Dios me toca atender matrimonios que están al borde del quiebre, porque ya no hay fuego en su relación matrimonial. Después de algunos años de haber luchado, están tibios esperando que su matrimonio muera algún día. Pero Jesucristo enseñó que debemos perseverar hasta el fin.

Hijos que no respetan a sus padres, porque se han vuelto extraños unos a otros. Se apagó el fuego de la relación familiar y ya no quedan entre ellos lazos que unan.

Pero el Señor dijo "mi palabra es como FUEGO" y los mismos caminantes a Emaús sintieron que "ardían sus corazones" cuando el varón incógnito les compartía las escrituras.

¿Cómo está tu temperatura espiritual hoy?

El día de Pentecostés cayeron sobre el Aposento Alto lengüas como de fuego y fueron todos llenos del Espíritu Santo y hablaron en otras lengüas las maravillas de Dios.

Este país (Chile) ha tenido de tiempo en tiempo hombres de fuego que han levantado la temperatura espiritual y moral cuando la sociedad ha decaído a niveles inaceptables delante de Dios.

Gracias al Señor por los hombres y mujeres de fuego que tienen el valor de alzar la voz y ponerse en pie aun a costa de su seguridad personal, que sin embargo lo han hecho porque han servido una causa mayor que sus propias vidas.

Hombres que no buscaban agradar a los hombres sino a su Creador. Hombres que han entendido el juicio de Dios, que saben que un día tendrán que rendir cuentas delante de "Aquel que está preparado para juzgar a los vivos y a los muertos".

Gente de fuego que sabe que Dios no admitirá cohecho ni dará por inocente a un culpable.

Hombres y mujeres que al igual que la reina Ester y el mismo Cristo sabían que "para esta hora habían nacido".

¿Cuántos estaríamos en condiciones de encarar al Señor hoy si Él decidiera llamarnos a Su Presencia?

Juan el apóstol registró en su evangelio estas palabras de Jesús: "y esta es la vida eterna, que te conozcan a tí el único y verdadero Dios, y a Jesucristo a quien tu has enviado".

Lo anterior subraya la importancia de intimar con Dios, no sólo escuchar DE Dios sino de oir A Dios. Hay un abismo de diferencia entre creer EN Dios y creer A Dios.

Mucha gente que solamente cree En Dios se perderá pero de los que creen A Dios será la amplia entrada en el reino.

Por último, Elías, el profeta vivió en un tiempo similar de mediocridad y tibieza social y crisis moral, y sin temor desafió a un pueblo cuyo corazón estaba dividido.

La división siempre trae daño y perjuicio.

Elías propuso un desafío singular: "el dios que conteste por medio del fuego, ESE sea Dios".

Al cabo de una breve oración, el fuego cayó del cielo demostrando a todos que baal no era nada y que Jehová era el Señor. La gente indecisa reconoció y vino calentarse al abrigo de esta llama divina. No podemos dar lo que no tenemos. Elías era un hombre de fuego.

Deja de pedirle a Dios cosas superficiales que vendrán solas si caminamos con Él y comienza a orar que Dios te haga un hombre o una mujer de fuego. ¡¡Arde para Dios!!

Pastor Gabriel.